EL AMOR A PRIMERA VISTA… APARECE CUANDO MENOS LO ESPERAS
Para esta ocasión contaremos la historia de nuestra lovewarrior Ana, una historia cargada de magia donde claramente la vida nos sorprende en el momento menos pensado.
“Me fui a vivir a Londres el 28 de Agosto de 2014, cuando llegué no tenía nada... Mi relación de más de 10 años acababa de terminar, no encontraba trabajo de ingeniera, no tenía a nadie conocido cerca, ¡fue una situación muy dura!
Empecé trabajando de aupair para una familia inglesa, y allí conocí a la que hoy en día es una de mis mejores amigas, Sara, ella cuidaba a dos niños que vivían al lado de la casa de la niña que yo cuidaba, e iban juntas al colegio. Al cabo de unos meses mi amiga Sara buscaba piso en la gran ciudad, y de casualidad encontró un piso céntrico a muy buen precio, ¿el único problema? ¡Era un piso en el que solo vivían chicos!
Ella me insistió en que por favor la acompañase a ver el piso, porque le daba un poco de vergüenza, así que allá fui! Nos recibieron 2 de sus compañeros, solo faltaba uno… ¡el que hoy en día es mi marido! A Sara le encantó el piso así que decidió firmar el contrato, ¡y qué mejor manera para celebrarlo que hacer la “house-warming party” ese mismo viernes!
El 10 de Abril de 2015 llegué con una buena botella de vino muy ilusionada, y fue abrir la puerta y verle a él allí sentado en una butaca, fue un flechazo… nos quedamos atontados mirándonos el uno al otro sin decir nada. Después de romper el hielo, hablamos un buen rato y nos contó que en tres semanas se volvía a España definitivamente, ya tenía sus billetes de vuelta. Sara me preguntó en un momento que nos quedamos solas si me gustaba, y que si era así que no dejase de enamorarme por el hecho de que solo fueran tres semanas… ¡y ahí empezamos a conocernos!
Tres semanas que bastaron para darnos cuenta de lo mucho que puedes amar a alguien. Para enseñarme que la felicidad no depende de nadie más que de uno mismo, para convencerme de que los sueños sí se cumplen, para recordarme que sí merezco todo lo bueno que me pase y para obligarme a disfrutar y a vivir cada día como si fuese el último.
Y esas tres semanas llegaron a su fin… y se volvió a España. Yo no podía pedirle que se quedase, tenía que ser su decisión, y después de dos meses en España decidió volverse a Londres por mí... ¡y se convirtió en la serendipia más maravillosa que podíamos imaginar!
Y todo se convirtió en un sueño, conseguí mi primer trabajo de ingeniera, el gran amor de mi vida estaba a mi lado, y conocimos a un montón de amigos que se convirtieron en nuestra “familia”. Después de 4 años, el 12 de Mayo de 2019 frente al Tower Bridge (su vista favorita de Londres) me preguntó si quería pasar el resto de mi vida con él, y después de quedarme en blanco durante unos minutos… ¡le dije que sí!
Y el 08.08.2020 nuestro primer “te quiero” se convirtió en un “sí quiero”, que como la mayoría de las cosas importantes en la vida daba un poco de miedo, ¡pero merecía la pena el riesgo! Y no hay duda de que en el momento más inesperado llega alguien que te cambia la vida para siempre, ¡y cada día a su lado se convierte en el mejor día de tu vida!
En uno de mis viajes a España para organizar la boda, tenía cita en varias tiendas de novia para probar vestidos en tiempo record, ¡3 días! Me probé decenas de vestidos que no eran para nada mi estilo, estaba muy desanimada… hasta que llegué a la última tienda que me quedaba, El ático taller de novias allí estaba María con su eterna sonrisa.
Lo primero que me pidió fue que me pasease por el ático y tocase cada vestido, y que simplemente le dijese qué me gustaba de cada vestido y qué no, y así lo hice, ¡el primer vestido que me probé fue mi vestido de novia! Siempre me decían que cuando pruebas el que va a ser tu vestido de novia lo sientes, y es verdad, ¡sentí que era el mío! Decidí probarme alguno más para no tener dudas, pero yo ya me había enamorado de ese vestido de OTADUY… corte imperio, de fino tul bordado, con mangas de gasa de seda que parecían “alas”… ¡el Atlas era sin duda mi vestido! Decidimos personalizarlo para que el vestido fuese totalmente único, cambiando la espalda por una que la dejase completamente descubierta, y alargar la cola. Además, tenía claro que llevaría una corona de oro envejecido diseñada y hecha a mano por Suma Cruz de forma exclusiva, llena de elementos que me recordasen a las personas más importantes de mi vida, como las estrellas, las calas, las perlas y cristales.
Y no podía faltar el velo… que decidimos que cubriese los hombros y los brazos, sujeto a las muñecas con una cinta invisible, así se movería conmigo y daría la sensación de “vuelo”. Todo el mundo me preguntó de dónde era el vestido, que era el más original que habían visto… era impresionante, ¡y además era como no llevar nada!
Por la situación del COVID-19 solo tuve apenas una semana para hacer todas mis pruebas, pero María hizo posible lo imposible, ¡crear el vestido más bonito del universo! Las fotos hablan por sí solas, la felicidad era inmensa y yo no podía verme más bella… no me sentía disfrazada, ¡me sentía yo misma!
Sin dudarlo ni un segundo ¡volvería a escoger OTADUY todos los días de mi vida!¡Muchísimas gracias por haber formado parte del día más feliz de mi vida!
¿Cómo os deja esta historia de nuestra #lovewarrior?
Gracias Ana por darnos la confianza y el cariño de acompañarte en ese día tan especial de tu vida.